[ Out: Lo siento.~ Por alguna razón se mando el comentario antes de que acabara, si gustas puedes eliminarlo. ]
Aquel era un día como cualquier otro, el sol se encontraba en el punto más alto del cielo que estaba totalmente despejado sin rastro alguno de nubes, por lo cual las posibilidades de lluvia eran prácticamente nulas. Se podía percibir una suave y refrescante brisa danzando por aquel lugar que se trataba de —aparentemente— una iglesia abandonada que ya se encontraba bastante desgastada por el tiempo. En las puertas de aquel curioso lugar se encontraba una figura bastante singular que desentonaba totalmente con el ambiente.
Su aspecto era el de un adolescente de no más de 17 años, pelo blanco, piel pálida, ojos azules y curiosas prendas informales. Este empezaría a caminar por el lugar de manera distraída mientras sostenía su cayado con la zurda, ignorando por los momentos la presencia de la castaña. Luego de un rato de mirar el curioso sitio el albino se acercaría al claro del lugar donde crecían las flores y se encontraba la chica ocupándose de las mismas. El peliblanco suelta un leve suspiro mientras observaba por unos instantes las flores aun sin tomar mayor importancia a la contraría.
—Por alguna razón este lugar me relaja. —
Murmuro para si mismo, confiando que nadie le escucharía, después de todo aquel muchacho era Jack Frost, el espíritu del invierno y para poder verle u oírle hacía falta creer en el, pero hasta ahora, luego de 200 años después nacimiento nadie ha conseguido verle.
