[code]Se encogió de hombros con la incredulidad de un infante.– No tengo ninguna garantía de eso. –seguidamente, y con una sonrisa más amplia, guiñó uno de sus ojos provocando que sus palabras perdieran toda la seriedad existente en su duda. Cerró los ojos con la caricia, disfrutando de ese pelaje tan suave que le inducia una frágil tranquilidad.– ¿Más de una forma? Explícate. –por supuesto que había entendido, pero quería probar la determinación que poseía la fémina en desentrañar sus propias palabras. [/code]
¿Me crees capaz de amenazarte? ... Correspondía esa sonrisa con la propia, manteniendo esa mirada entrecerrada pero a la vez atenta a sus expresiones y movimientos. Acercó una de sus colas al rostro contrario, pasando por su mejilla como si fuera una mano dando una gentil caricia, apenas alzando el mentón como si quisiera tener otro ángulo de su rostro para admirar. Además soy la misma... Solo que está "pequeña criatura" tiene más de una forma para mostrar.
[code]– ¿Acaso esa es una clase de amenaza? –sus ojos parpadearon un par de veces, intentando asimilar esas palabras. Era más que obvio que estaba exagerando, dando un poco de color a esa atípica noche que se avecinaba. No era común que la visitara, pero tenía cierta espina clavada en su cerebro que le daba el impulso de ir a verla.– ¿Dónde quedó esa pequeña criatura que quería ser mimada? –lanzó su pregunta, dedicando una media sonrisa que daría más vida a su semblante. Era extraño que tuviera ese cambio tan abrupto, así que indagaría un poco antes de lanzarse sobre ella.[/code]
El comentario hizo que una risa corta se le escapara de entre los labios, entrecerrando la mirada para comentar con una voz sedosa pero con una ligera distorsión grave, producto de su magia maldecída Parece que alguien desea perderse en el bosque... Para nunca jamás ser encontrado ~ Su figura, vestida de prendas oscuras, dejaba a la vista sus colas iluminadas con un aura violeta, brillando con la luz tenue semejante a la de las luciérnagas, hambrienta del poder que aquel escondiera, o quizás solo buscando un buen juego nocturno.
[code]– ¿Ahora resulta que te volviste emo? –cuestionó suave, con una voz ligera que hacía resaltar ese vibrato tan único de él. Sus ojos destellaron en un fulgor rojizo que se avistó por unos segundos, volviendo a ese tono plano que poseía.[/code]
