Sus manos tomarían con cuidado la cintura ajena, impulsándose de esta para hacer más fácil los embistes, metiendo y sacando continuamente su miembro de ella, sintiendo como cada vez está mas cerca del orgasmo, incluso en su rostro se puede ver eso, ya que cerraría y abriría los ojos pausadamente, como deseando que ese instante no llegue pronto.
El agua ya no tenía una temperatura tibia, ni caliente, parecía parte del cuerpo de ambos ya que se habían amoldado a la misma por mucho tiempo, tanto que incluso los dedos de las manos de ambos comenzaban a mostrar signos de deshidratación.
