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—Recuerdo que cuando huía de mis perseguidores hace mucho tiempo conocí a una pequeña dragona, fue bastante agradable pasar tiempo con ella pero tuve que alejarme de ella, si mis persiguidores se daban de cuenta de eso, podrían usarlo en mi contra—
 
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AdrielArkan · 41-45, M
—Aquella vez fue salvado por la luz de una niña alegre que incluso sin usar ningún tipo de habilidad era incluso capaz de brillar más que el sol, cuando despertó tiempo después sabía muy bien que quedarse ahí sería peligroso para ella, asi que con algo de tristeza se fue de aquel lugar, llevando colgado de su cuello el collar que ella le había dado como recuerdo—

—No se despidió de ella ya que podría saber cómo ella reaccionaria ante su partida, seguramente se aferraria a él y no lo dejaría ir mientras hace un berrinche pidiéndome que regrese con ella al castillo, de alguna manera ella también tocó algo dentro de él algo que le permitió seguir avanzando sin detenerse —
[code]...De la niña, que al despertar había perdido la memoria de lo ocurrido pero que con el paso de los años, se acentuaría el recuerdo en forma de sueños difíciles de interpretar.


[/code]
[code]...diámetro.

Volvió a punzar como si fuese un débil latido de corazón, extendiéndose de nuevo por el lugar, pero esta vez, la luz rodearía el cuerpo de Adriel.


Hikaru no mentía al decir que tenía una parte de ella, pues la luz que Hikaru había recién aprendido a manejar un poco, ahora envolvía el cuerpo de Adriel, creando para él una especie de remanso que ayudaría a aliviar lentamente, la fiebre del muchacho y aunque las heridas de sus brazos no podía curarlas tampoco, el dolor fue mitigando, hasta dejarlo caer dormido.

Pasadas un par de horas, alguien de su familia encontraría a la pequeña Hikaru cerca de casa. La habían estado buscando durante toda la mañana hasta encontrarla en estado inconsciente. Alarmados, la llevaron a casa, curaron la herida sangrante en su cabeza y esperaron por un par de días a que ella despertara, ignorantes de que no muy lejos de ahí, un joven dragón de nombre Adriel, dejaría una huella imborrable en la psique (...)[/code]
[code]-Hikaru corría, sin tener idea de lo que estaba sufriendo Adriel, ella solo sabía que mientras más pronto llegara a casa, más rápido podría traer a su padre con ella para ayudar a su amigo.

Sin embargo, a veces la vida no resulta como se planea y eso Hikaru lo aprendería, cuando en su carrera, su pie queda atorado en una zanja y cae de bruces golpeándose la cabeza contra una roca.

Estaba demasiado lejos para que Adriel lo notara, sin embargo, algo extraño sucedería cuando la niña, en medio del dolor, murmuraría unas últimas palabras antes de caer completamente inconsciente.

—Por favor... protégelo... por mi... —Y entonces, todo se volvió negro en la cabecita de la niña.

En ese mismo instante, a un par de kilómetros de ahí, donde Adriel sufría de una terrible fiebre y dolores indescriptibles, la gema que la niña le había dejado caer sobre el cuello, dio un fugaz destello de luz dorada que se expandió por todo el lugar a unos 10 metros de (...)[/code]
AdrielArkan · 41-45, M
—Él se encontraba realmente agotado, su fiebre iba aumentando poco a poco haciendo que este se arrodillara, tocó su cuello y le sorprendió sentir que tan fácil pudo llegar la contaminación de su poder en su cuerpo—
—Maldición, esto es malo...
—Su poder comenzaba a descontrolarse, él seguía luchando contra esto mientras que sus brazos parecían agrietarse dejando ver como su poder corria con descontrol por sus venas—

—Si, esto sigue tendré que suicidarme.
[code](...)Y si se puso de pie, sin esperar respuesta del muchacho y a trompicones a causa del nerviosismo y la euforia de todo lo ocurrido, corrió de vuelta a su casa en busca de ayuda para su nuevo y único amigo.[/code]
[code]-Se detuvo de golpe al ver la roca convertirse en oro macizo y brillante. Se dejó caer de nuevo en el césped, de rodillas, mirando cómo su amigo sufría por las consecuencias de sus acciones.

—¡PERO TE DUELE! —Exclamó la niña, sintiéndose impotente de poder hacer algo. Quizás si llamaba a su papá, él podría hacer algo.

Se colocó junto a él, evitando tocarlo para no preocuparlo y de su cuello, se quitó una fina cadenita, de la que pendía una brillante gema de apenas unos dos centímetros de diámetro, una herencia que había recibido de una misteriosa mujer de la que su padre le había hablado cuando mencionó su "nacimiento".

—Iré por ayuda... te prometo que voy a volver. Esto... —Sin tocarlo, deja caer la cadena sobre su pecho para que él pudiera sentirla—Te cuidará hasta que vuelva. ¿Si? (...)[/code]
AdrielArkan · 41-45, M
—Cargar con la culpa durante toda mi vida.
AdrielArkan · 41-45, M
—Aunque lo que la niña dijese fuese cierto, no podía arriesgarse a ser tocado por ella, aunque pudiese curar algo, no podría curar que hace que tu mano se vuelva un objeto sólido, así que nuevamente volvió a retroceder tomando más distancia de ella—

—Hikaru detente, mis brazos son peligrosos y si lo tocas te lastimara...

—Comenzo a darle fiebre, así que sabia muy bien que en cualquier momento perdería el conocimiento, fue entonces que decidió contarle sobre sus brazos a la niña—

—Hikaru, aprecio que quieras ayudarme pero si me tocas podrías correr peligro.

—El dragon apoyo su mano sobre una piedra con tan solo un toque, aquella piedra tan grande como una casa se volvió de oro sólido, aquella manchas negras fueron creciendo aún más hasta llegar a su cuello, incluso se podía ver como sus venas enegrecian gracias a esto —

—Hikaru, yo tengo las manos de un demonio de la avaricia, si me tocas esto te pasara y no quiero que te pasé... Si te pasara esto seguramente, no podría
[code]-Se quedó atónita ante la reacción del mayor, con la manita extendida hacia a él y más preocupada.

Podía ser pequeña, pero era perspicaz y sabía cuando algo no estaba bien, lo había aprendido de una vida anterior, de esos viejos recuerdos que a veces la azoraban en sus sueños.

—¿Sabes? —Dijo la chiquilla en un intento por mantener la calma y darle tranquilidad a Adriel —Mi papá dice que yo tengo un don... y que puedo usarlo si quiero ayudar a alguien. Tú me salvaste y eres un dragón y a mi me encantan los dragones... ¿Me dejas? —Se fue acercando de nuevo a él, con la mano extendida con la intención de colocarla sobre el hombro del mayor.- [/code]

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