Se dio cuenta que huir no era una posibilidad, resignada cruzó sus brazos y frunció el ceño mirando a la rubia mientras su cola de movía de un lado a otro, Adora sabía hacerla sentir querida, aceptada y aunque no quisiera estar en otro lugar resultaba muy difícil acostumbrarse a eso.

—Nope, quédate aquí conmigo.— Sonrió con esa expresión engreída que colocaba cuando sentía que ganaba una batalla y la abrazó con más fuerza para no dejarla ir, por mucho que ella se moviera.

—¡Adora! — se removió e intentó bajarse para huir, no sabía cómo reaccionar a esas palabras, no estaba acostumbrada.

—¡Pero es verdad! Eres la gatita más tierna que he conocido en mi vida.— En realidad es la única que ha conocido, pero para avergonzarla aún más le habla como si fuera un bebé.

Roja, se puso toda roja ante sus palabras y solamente gruñó dejándose hacer. —Bow dice muchas tonterías.—

—No. Bow tenía razón en que no paras de hacer cosas adorables.— Le da un beso en la mejilla.

_¿Te molesta?