Frunció el ceño, con esa expresión que ponía siempre que caía en una de las bromas crueles de Catra, pero esta vez decidió vengarse y aprovechó que estaba tan cerca de ella para colocarse encima y someterla, sujetando ambas muñecas con una de sus manos, por sobre su cabeza. —Entonces, She-Ra tendrá que enseñarte a ser buena y no bromear con cosas así.— Sonrió, arqueando ligeramente sus cejas.
Catra sonrió pero pronto estallo en una fuerte carcajada, se sujetó el estómago un poco y sin perder más tiempo se dejó caer recostandose a un lado de la rubia acariciando suavemente uno de sus brazos. —Estoy bromeando, Adora.— ronroneó abrazandose a ella escondiendo su rostro entre su hombro y su cuello.
—¡SI!... Err... No.— No pudo evitar verse un poco decepcionada. Su rostro enrojeció y desvió la mirada. —Es decir sí, claaaaaaaaaro, era eso lo que tenía en mente. AMO los bosques susurrantes y los monstruos, que tienen baba y son gigantes.— Intentó no quedar como una bruta, fallando miserablemente.
—Estoy segura que si...— Ronronea un poco más fuerte y se pega un poquito más a ella. —¡Buscar una aventura! Podemos salir a los bosques susurrantes. —
