Lamió su labio inferior y al no tener otro modo de expresar su sentir, la beso una vez; corto y suave.

— Y si solo piensas en mí como yo en ti, sabremos que estamos en el lugar correcto.— Tomó su mano y avanzó al departamento porque ese no era el lugar para mostrarle cuánta sinceridad había en sus palabras.

La llevo a lo más alto de aquel edificio usando las escaleras. Y en ese último piso, en ese escalón que daba a la cuidad volvió a mirarla , a unir sus frentes y sus dedos.— No eres un juguete Adylle, de verdad me gustas tanto... Cómo para comportarme como un imbécil.