Recolección de plantas y luego sembrar semillas del ¨árbol sagrado¨ de sus hijos en la zona infectada por veneno para que esta floreciera, el día iba normal, no obstante las espadas que siempre le acompañaban vigilantes e invisibles estaban muy intranquilas y este podía sentirlo por igual desde hacía un rato, había alguien entre los árboles muertos observándole pero no era capaz de encontrarle, no había un olor ni tampoco distinguía alguna aura singular o diferente por lo que decidió continuar con su trabajo sembrando aquellas pequeñas semillas en lo que se suponía era tierra muerta. 3 horas de siembra tomó, y al terminar solo se sentó en el suelo a beber agua del río que cargaba en una cantinflora; en ese momento decidió hablar.
— Si hay alguien ahí, ya es bastante tiempo observando... hay mejores maneras de emplear el tiempo, sal de ahí.