— No seas tan cariñosa, trátame mal (???)

La atrapa con sus piernas y brazos mordiendo su mejilla.

— grrr... El que se levanté primero paga (?)

La suelta en seguida para levantarse lo más rápido que puede.

La idea le seduce al instante. Cómo adora ese chico, él si sabe consentirle y por eso lo ataca a besos.

— Me encanta la idea.

— Tu a mi... Oye...

Se acomoda atrapandola en sus brazos prohibiendole escapatoria. La mira con una propuesta indecente (?).

— ¿Unos helados con papas fritas? ¿Uhm? ~

— Eres un cachorro, si. Tienes actitudes así y por eso eres un buen chico. ~

Sonríe por su relato y deja que sus uñas continúen en la tranquila tarea de darle caricias. Pero en medio de eso, se inclina dejándole un dulce beso en la frente, con cariño.

— Me encantas.

— ¿Cachorro?

Sonríe ante ese nuevo apodo como que Adam si le gustaban los apodos después de todo. Asiente afirmando.

— Cuando era pequeño me atacaban con cosquillas entre el cuello y el pecho, entendí que soy sensible por esas zonas... Me preguntaba cómo se sentiría tener tus uñas en caricias en esa parte débil ~

Confiesa compartiendo ese relato con su novia.

— y no me equivoqué, se sienten muy bien...

La petición fue muy específica, seguro alguien ya se lo había hecho pero a Noriko le daba igual. Si quería ser acariciado de esa forma, lo haría.
Con ambas manos fue haciendo caricias lentas de sus largas y oscuras uñas, muy suave.

— ¿Asi está bien, cachorro?

Ríe suave volviendo atraparla en sus brazos dejando besos suaves a su frente y rostro, la soltó para no ser tan meloso con ella.

— Perdón... Tienes razón, fueron ideas pervertidas celibato en mi casa y revolcón intenso en la tuya

Más tranquilo apoya sus manos en el colchón estando aún acostado y ella encima.

— ¿Puedo pedirte algo? Acaríciame con las uñas el pecho pero hazlo lento... Me gusta sentir tus caricias así

El cuerpo de Adam se marcaba al estar en esa posición entre sentado y acostado.

Noriko podía ser muy atrevida, sin embargo que la familia de Adam escuchase lo que hacían no era algo que quisiera. Detuvo las manos de su chico, apartándolas suavemente del pecho y negó con la cabeza, a la vez que se mordía el labio inferior.

— Negativo, compañero. Seremos decentes en tu casa, celibato. (?)

— Pienso hacerlo, estoy esperando que me aborden para charlar, ya sabes...

Sus manos acariciaron esas piernas de la joven que estaba arriba de el, se pasaron por el pecho luego dejando masajes a sus pechos.

— No sé porque somos tan adictos el uno del otro... Me encanta ~ oh... ¿Por qué no hacerlo aquí en mi casa y te tapo la boca? La sola idea me pone...

Eleva sus cejas en varios movimientos coquetos con esa sonrisita galana del varón.

Iba a decir algo sobre los apodos pero el cotilleo estaba jugoso. (?)
Noriko se mueve, termina sentándose sobre el abdomen de Adam. Desde arriba le sonríe, abriendo un poco más sus ojos de emoción.

— ¿Tan ruidosos somos? ¡Hahahaha!

Si, lo eran. Su propia carcajada era prueba de eso, por lo que se cubrió la boca, ruborizada.
Ahora sabía que no podían contar con la habitación de Adam para futuros encuentros.

— Lo siento, que vergüenza. Imagino que si le explicaste que nos cuidamos siempre y... tendremos que quedarnos en mi casa para esas actividades. ~