2[code]Estaba a varios pasos ya, pues detrás de esos arbustos se encontraría lo que fuera que estaba haciendo tan ruidoso sonido que provocaba un eco monstruoso. Dio los últimos pasos, adentrándose en la maleza sin importar nada, y ahí, sus ojos destellaron con cierto brillo por unos segundos producto del único haz de luz que se filtraba por las copas y caía grácilmente sobre el cuerpo de la criatura humanoide; una raza mítica que no había visto antes. Sabía muy bien que las sirenas eran capaces de hablar, de entablar una comunicación con los humanos, por ello, carraspeó y se acercó lentamente.— ¿Tú mandaste esto? —inquirió. Fue sutil en sus movimientos debido a que no quería alarmarla ni que se sintiera amenazada, así fue que sacó la pequeña botella para enseñarla. Había vuelto a meter la carta dentro, así que se limitó a tomar la botella por el cuello con la diestra.
