[code]【. . .】 -Exclamó estirando su mano para alcanzar a tocar con la yema de sus dedos el cristal del contenedor de tan importante mensaje, como si eso bastara para darle un voto de confianza, aunque realmente no tenía otra opción que esa.- . . Cuéntame. . ¿Viniste hasta aquí por curiosidad, o porque realmente aceptas ayudarme? -Preguntó con un tono más serio, clavando su mirada en la ajena, aunque en contraste deseaba infinitamente que respondiera la segunda opción, había perdido tanto tiempo para recuperar lo suyo que ya la desesperación le consumía.-[/code]
[code]-Una sonrisa de oreja a oreja se hizo presente en su rostro nada más de sentirle cerca, cerca. . Tan cerca que sólo le bastó con girar parte de su torso hacia donde provenía el sonido de tan apurada caminata, y esa melena rojiza que había mantenido producto de la decepción de tanta espera se había vuelto dorada y reluciente, debía prepararse, darle una buena impresión, así que tomó un par de hojas que habían caído debido al cambio de estación y las colocó en su cabello, y al verle por fin de frente, se sintió intimidada, no por su pinta, sino por el hecho que estaba solo en un lugar como este, no parecía alguien rudo como para afrontar las mil historias que mantenían en mala fama ese bosque, pero esa "preocupación" pasó a segundo plano cuando vio la botella, era su botella.- ¡Es mía! 【. . .】[/code]
3[sep][code]Cesó el movimiento cuando quedó en la orilla, colocándose en cuclillas al flexionar sus piernas para intentar igualar la altura que mantenía la criatura a nivel del agua. Tenía que tener cuidado, pues la especie era conocida por tender a ser mañosas y endulzar a los humanos con su melódicas voces. No podía bajar la guardia por tan encantadora entidad.
2[sep][code]Estaba a varios pasos ya, pues detrás de esos arbustos se encontraría lo que fuera que estaba haciendo tan ruidoso sonido que provocaba un eco monstruoso. Dio los últimos pasos, adentrándose en la maleza sin importar nada, y ahí, sus ojos destellaron con cierto brillo por unos segundos producto del único haz de luz que se filtraba por las copas y caía grácilmente sobre el cuerpo de la criatura humanoide; una raza mítica que no había visto antes. Sabía muy bien que las sirenas eran capaces de hablar, de entablar una comunicación con los humanos, por ello, carraspeó y se acercó lentamente.— ¿Tú mandaste esto? —inquirió. Fue sutil en sus movimientos debido a que no quería alarmarla ni que se sintiera amenazada, así fue que sacó la pequeña botella para enseñarla. Había vuelto a meter la carta dentro, así que se limitó a tomar la botella por el cuello con la diestra.
1[sep][code]No había rastros del misterioso remitente. Algo le indicó que quizá había sido un mensaje que fue enviado hace mucho tiempo y vagó durante años por la pequeña corriente, meciéndose al ir río abajo, y ese pensamiento aplastó su ánimo. Se sentía ligeramente decepcionado por haber hecho el recorrido en búsqueda de alguien que no conocía. Su curiosidad ya le había jugado una mala carta en el pasado, y ahora, se repetía ese vacío sentimiento. Estaba a punto de irse cuando sus pasos se vieron acompañados por el golpeteo de algo contra el agua, sonaba bastante fuerte como para que fuera producto de un animal salvaje; tenía que ser el remitente o alguien cercano llamando su atención justo como él había hecho. Su esperanza se elevó y, los pasos que fueron dados con fuerza, ahora perdían poder y ganaban velocidad.
[code]【. . .】esto sólo hasta que alcanzó a escuchar, ¿pisadas? ¡Lo eran! Ahí se levantó de un salto y ansiosa buscaba con la mirada a quien hacía esos ruidos, ¿estaba cerca?, ¿iba a encontrarla? No estaba segura, era tímida frente a los humanos, por lo que gritar o llamarle con su voz no era una opción, pero sí lo iba a atraer con sonidos, usando el agua para ello, agitando su cola y golpeando la superficie cristalina del agua con toda su fuerza, y estaba segura que así la escucharía pues con tanto silencio hasta se podía alcanzar a escuchar las respiraciones si te concentrabas lo suficiente.- [/code]
[code]¿Cuánto tiempo llevo aquí esperando? Se cuestionaba en su cabeza, así como se cuestionaba el atrevimiento en aventurarse por un gran río desde su desembocadura hasta miles de kilómetros tierra adentro sólo para conseguir ayuda, ¿habrá sido en vano? Aquella invitación que había enviado hace varios días, ¿habrá llegado a alguien? Sus esperanzas bajaban y con ello su ánimo también, tanto así que hasta la dorada y alegre cabellera tan característica de la sirena se había pintado de un rojizo opaco. Finalmente suspiró con pesadez manteniéndose reposada en aquella roca medio resignada, no tenía miedo, por eso no se preocupaba en esconder su larga y hermosa cola de sirena debido a la soledad que siempre predominaba en el bosque tenebroso 【. . .】[/code]
Cada paso que daba lo adentraba en la penumbra del bosque Tenebroso, y aunque tenía tan intimidante nombre, lo único que tenía de tenebroso era la poca visibilidad que impedía a los rayos del sol tocar la tierra por culpa de los frondosos árboles. Era entendible que los lugareños llamaran así al lugar, pues una visión y oído limitado provocaría ver y escuchar cosas que no estaban ahí. Era algo totalmente común en mentes sumergidas en el miedo y limitadas a supersticiones.
Sin verse intimidado, Nevan continuó con un camino a ciegas. Estaba en el bosque, pero no indicaba un lugar de reunión específico. Tendría que valerse de su suerte para encontrar al remitente de tan curioso mensaje. Por ello, sus pasos eran dados con fuerza y no le importaba quebrar las ramas caídas que yacían caídas sobre el húmedo suelo. Todo para que se escuchara su andar y dieran con él, evitándole la fatiga de continuar sin un rumbo fijo.
