Se levanto del suelo quedando frente a ella, a primer vistazo se centro en su larga cabellera, era rubia como ella, pero definitivamente el cabello era el doble, no, el triple de largo, era pequeña y no parecía una amenaza, decidió calmar a la asustada joven.



Llevo ambas manos a los costados en señal de rendición, para que la rubia no se sintiera mas amenazada, tampoco quería lanzarse a ella y dejarla inconsciente, lo veía innecesario y exagerado, agradecía que solo ella estaba ahí y no sus brutos amigos.

[code]¡Hace más daño de lo que parece! ━ Advirtió, torpemente. Nunca antes había tenido que enfrentarse a alguien, de hecho la vikinga era la segunda persona que tenía consciencia de haber conocido en toda su vida.

Intentó controlar su acelerada respiración, y a la vez miró atentamente a su contraria. Su vestimenta se le hacía bastante extraña, pero a su vez podía encontrar parecido consigo misma en ciertos rasgos físicos. ¿Sería de verdad peligrosa? No podía arriesgarse. ━ ¿Quién eres y cómo has llegado hasta arriba sola? ━ Levantó la sartén con más seguridad, mostrando la determinación que el miedo le permitía tener ahora en el rostro.[/code]

-Astrid no era consciente de lo asustada y bien armada que podia estar la femina, pues tenia exceso de confianza y sabia que si algo se descontrolaba ella sola podria con eso, aunque no queria usar la fuerza… aun. -

-Aturdida la joven vikinga trato de ponerse de pie, ¿Dónde estaba? Ese lugar era extraño ni una puerta ni escaleras nada que indicara una salida ni entrada mas que esa ventana una construcción muy extraña al parecer, fue que entonces su mirada azul se detuvo en aquel cabello rubio que yacía en el suelo, era demasiado largo pues cuando lo siguió para ver quien era su dueño se quedo quieta pues la “Amenaza” de la fémina se extendió por la habitación.-



-Sus celestes recorrieron el aspecto de la joven, descalza lo que mas le llamo la atención fue que abrazaba parte de su cabello y la apuntaba con una.. ¿Sarten? No pudo evitar sonreír ante lo que presenciaba pues era claro que una sarten no le haría absolutamente nada a diferencia del hacha que cargaba en su espalda, mas no quiso alterar de mas a la joven ella era quien había irrumpido tan abruptamente en su propiedad y la asustara de esa manera.-

[code]segura mientras no saliera de la torre. Si Gothel siempre había necesitado de su cabello para poder subir hasta arriba ¿cómo había llegado allí la desconocida? [/code]

[code]Los días pasaban sin pena ni gloria. Cada vez era más complicado encontrar con qué entretenerse. Había leído y releído varias veces todos los libros que tenía, y ya le costaba encontrar espacio en las paredes para pintar. ¿Qué haría? Por la actitud de Gothel al respecto de salir cada vez le costaba más imaginar la posibilidad de ver su sueño cumplido.

Pero de pronto algo inesperado sucedió. Dio un respingo al presenciar la peculiar entrada de la vikinga a su aislado hogar. En menos de un segundo recordó todas las historias que su "madre" le había contado acerca de quienes vivían en el exterior. ¡Seguro que quien había entrado tenía afilados colmillos y quería cortar su cabello! Apresuradamente, reunió buena parte de su larga cabellera con una mano y sostuvo una improvisada arma con la otra: una sartén.

¡N-No te muevas! ━ Exclamó, aterrorizada y muy nerviosa. Siempre había pensado que estaría completamente[/code]

Acaricio el costado de su cabeza con cariño, en ese momento sintio el movimiento brusco de Stormfly pues una torre fue un obstaculo inesperado para la vikinga que no reacciono rápidamente y no sujeto las riendas saliendo asi disparada entrando por la ventana de aquella torre, cayo al suelo dando varios giros en el hasta que se detuvo aturdida boca abajo.

Bien Stormfly ¡Arrastre de cola!

La cola de su dragona se arrastro por el agua salpicando por todos lados. La vikinga se negaba que Hiccup la siguiera superando, los entrenamientos eran arduos y exhaustivos para ambas.

Desde que los vikingos y dragones vivían en paz en Berk ella junto con los demás jinetes eran responsables de mantener esa paz en la aldea, no querían esclavizarlos, Berk se habia acostumbrado a ellos y ahora eran parte de ellos.

Descansemos un poco mi niña te lo mereces.