-Nada mas gratificante que la entrega demostrada en esas palabras aunque no se compara a la expuesta cuando fuiste mi lienzo. La mejor obra de arte, una obra que con recelo lo guardo, solo yo podría ver ese bendito templo. Vivo y renazco en ti cuando me miras de esa manera y me respiras tan sereno, cuando tu perfume invade mis sentido. Eres mi cielo y en esa sonrisa que me regalas veo el brillo de millones de estrellas.-

—Basta con que lo pidas, con que tus labios pregonen el deseo que arde en tu corazón, para hacer ese sueño se haga realidad. Podrás devorar mi alma cuando desees, beber el elixir que posee, regodearte en su humildad, en su sentimentalismo, en todo lo que puede ofrecerte. Vivir en mi, renacer en mi, con la gloria de tu ser; hacerme tu lienzo, te mostraré el cielo y las estrellas cada vez que lo pidas, donde quiera que te encuentres, mi rey.

- Mi deseo de devorar tu alma, ahí radica tu esencia, tu mayor intimidad. Sabes que mi deseo es mas alla de lo carnal. Y mi deseo es poder tenerte eternamente, admirar la belleza de esos ojos, la suavidad de tu manto y calidez de tu piel.

—¿Es acaso tu mayor deseo regido sólo por la carne? Puedes admirar los colores que perduran en mi alma, tocar las cuerdas del instrumento que sólo pregona tu nombre. Hazme saber tu deseo y lo cumpliré con cada ápice de mi ser.