100+, F
About Me About Me Notes
About Me
◊
Con un brillo malicioso en sus ojos de color, Assassin murmuró.
“No por nada soy conocida como la ama del veneno más antigua del mundo… ¿Estas completamente seguro de que eres capaz de dominar a la Reina Semiramis?”
Esas fueron las primeras palabras que Assassin le dijo cuándo fue invocada.
Con una sonrisa, Shirou repitió su respuesta una vez más.
“Oh Reina de Asiria – en esta Gran Guerra del Santo Grial, mi meta no es la victoria o la derrota si no algo más. ¿Acaso me ayudaras en ello?”
Era algo raro escuchar que Assassin estallara en carcajadas.
“¡Haha! ¡Si, eso es! Honestamente, ni siquiera pude comenzar a imaginarme de lo que estabas hablando en ese entonces – me encontré considerando simplemente en encontrar a otra marioneta para que fuera mi Master en ese momento.”
“¿Y ahora?”
“¿Acaso si quiera tienes que preguntar? Tú eres fascinante, Master.
Tu deseo es el mío propio – es por ello que no dudare en ayudarte. "
◊
Dama enroscada que murmura palabras impregnadas de miel, diosa temida de senos invictos, tan amada. Que un día fue paloma, heredera de un rostro de hembra.
Dueña absoluta de hombres, tan amable en los deleites, inquietante y aveces cruel.
Férrea potestad que abría y cerraba los ojos de aquellos que en sus brazos se perdían, reina y gobernadora adornada de flores rebosante de aromas... De Sangre y clavel.
Ella que con su dedo dictaba y brotaban leyendas entre los pantanos, ella que crujía las manos y pisaba los lechos con su pie, rompió en fragmentos los huesos de la tierra, pariendo un vástago de piedra que la regresó al grito, a la lágrima y a la llaga en la piel.
Ahí quedó su cuerpo, acariciado por aquellas que lo alimentaron, corona quebrada por el hijo del horror. Cubierta de jardines, palomas blancas al cielo la llevaron, flotando con helado temblor.
“La naturaleza me dio forma de mujer. Mis hazañas han superado las de los hombres más valientes. Goberné el imperio de Nino, que se extendía por el este hasta el río Hyhanam, por el sur hasta la tierra del incienso y la mirra, y por el norte hasta el país de los escitas y los sogdianos. Antes de mí, ningún asirio había visto el gran mar.
Yo vi con mis propios ojos cuatro mares, y sus riberas reconocieron mi poder. Obligué a ríos poderosos a fluir según mi voluntad, y llevé sus aguas para que fertilizaran tierras que antes habían sido yermas y desiertas.
Erigí torres inexpugnables; construí carreteras en caminos no hollados hasta entonces excepto por las bestias de los bosques; y en medio de estas grandes obras encontré tiempo para el placer y la amistad."
Con un brillo malicioso en sus ojos de color, Assassin murmuró.
“No por nada soy conocida como la ama del veneno más antigua del mundo… ¿Estas completamente seguro de que eres capaz de dominar a la Reina Semiramis?”
Esas fueron las primeras palabras que Assassin le dijo cuándo fue invocada.
Con una sonrisa, Shirou repitió su respuesta una vez más.
“Oh Reina de Asiria – en esta Gran Guerra del Santo Grial, mi meta no es la victoria o la derrota si no algo más. ¿Acaso me ayudaras en ello?”
Era algo raro escuchar que Assassin estallara en carcajadas.
“¡Haha! ¡Si, eso es! Honestamente, ni siquiera pude comenzar a imaginarme de lo que estabas hablando en ese entonces – me encontré considerando simplemente en encontrar a otra marioneta para que fuera mi Master en ese momento.”
“¿Y ahora?”
“¿Acaso si quiera tienes que preguntar? Tú eres fascinante, Master.
Tu deseo es el mío propio – es por ello que no dudare en ayudarte. "
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Dama enroscada que murmura palabras impregnadas de miel, diosa temida de senos invictos, tan amada. Que un día fue paloma, heredera de un rostro de hembra.
Dueña absoluta de hombres, tan amable en los deleites, inquietante y aveces cruel.
Férrea potestad que abría y cerraba los ojos de aquellos que en sus brazos se perdían, reina y gobernadora adornada de flores rebosante de aromas... De Sangre y clavel.
Ella que con su dedo dictaba y brotaban leyendas entre los pantanos, ella que crujía las manos y pisaba los lechos con su pie, rompió en fragmentos los huesos de la tierra, pariendo un vástago de piedra que la regresó al grito, a la lágrima y a la llaga en la piel.
Ahí quedó su cuerpo, acariciado por aquellas que lo alimentaron, corona quebrada por el hijo del horror. Cubierta de jardines, palomas blancas al cielo la llevaron, flotando con helado temblor.
“La naturaleza me dio forma de mujer. Mis hazañas han superado las de los hombres más valientes. Goberné el imperio de Nino, que se extendía por el este hasta el río Hyhanam, por el sur hasta la tierra del incienso y la mirra, y por el norte hasta el país de los escitas y los sogdianos. Antes de mí, ningún asirio había visto el gran mar.
Yo vi con mis propios ojos cuatro mares, y sus riberas reconocieron mi poder. Obligué a ríos poderosos a fluir según mi voluntad, y llevé sus aguas para que fertilizaran tierras que antes habían sido yermas y desiertas.
Erigí torres inexpugnables; construí carreteras en caminos no hollados hasta entonces excepto por las bestias de los bosques; y en medio de estas grandes obras encontré tiempo para el placer y la amistad."