Miro el lugar donde la dejo, voltea su mirada al joven que la trajo.

—¿Donde vas? —.

Preguntó al darse cuenta que se iba, ella es de por si algo curiosa.

— Lo sé, pero no parecías querer hacerlo. — La bajó en la intersección de varios caminos. Señaló hacia el oeste. — Ve hacia allá, creo que estarás bien. — Ya iba girandose para ir al lado opuesto.

—¡! —.

No se espero ese trato, lo ve fijamente mientras solo se dejo cargar.

—Pero.. ¿Que haces? Puedo caminar—.

Comentó Cosette agitando sus piernas.

Resopló. Le tomó por el vestido sobre la parte de nuca y buscó levantarla para llevarle con él.

— Bastante. El diablo reencarnó en una mujer, y desearías no verla nunca. Vamos a llevarte a otro lado. —

Eso no se lo espero y llevo la mano a su frente, mientras ahora sus ojos brillaron de un intenso azul.

—¿Que tan peligroso es?—.

Preguntó pues ella siempre suele vagar a estar sola por el momento.

Acercó la mano a su rostro y dio un golpecito con el índice en su frente.

— Vuelve a casa. No es seguro aquí. —

—No soy esas cosas desagradables. —

Comentó levente ofendida, la joven fue la segunda en nacer bajo la Luna azul después de Vanitas, desarrolló poderes únicos que usa sólo para defenderse.

No estaba convencido. Se cruzó de brazos y la miró escéptico.

— ¿Por aquí...? Está repleto de monstruos. A menos que también seas uno de ellos. —

—Solo camino tranquila. —

Fue la respuesta dada por la joven cuyos ojos brillan intensamente pero no de rojo como los demás vampiros... Su ojos brillan de un intenso azul.. Ademas su piel es intensamente blaquesina.

Miró a los alrededores del bosque, ¿Estaba sola? Ahora se fijó en ella, demasiado joven para ser un vampiro... El problema era que su apariencia podía ser engañosa.

— ¿Estás perdida? —