Luego le pareció sentir un aura distinta en Saber, pero pensó que lo había imaginado por que ya no lo podía hacer. Se sirvió un huevo escalfado y uno frito y comenzó a comerlos. — Y Saber, ¿crees que alguien luche por alguna otra razón que no sea el deseo de poseer el falso grial para su beneficio? — preguntó, un poco preocupada.

No era un secreto que ella no deseaba pelear, no quería lastimar a nadie, por lo que se ponía ansiosa de solo pensarlo, pero se preguntaba como se sentiría la hacerlo contra un magus que tuviera un deseo sincero y no egoísta.

Fue detrás de Saber rumbo a la cocina, y aunque ya estaba acostumbrada a que ocurrieran cosas mágicas a su alrededor, aun se sorprendía cada vez que él hacía pequeñas cosas como ponerse el mandil. Ella se dirigió al refrigerador y saco una jarra de vidrio llena de jugo de naranja, no tenía mucho que lo había exprimido, la coloco sobre la mesa y puso en cada lugar un vaso, también puso los cubiertos que necesitarían para cenar.

Luego se sentó en el marco de la ventana y comenzó a leer un libro en lo que esperaba a que la cena estuviera lista. No tuvo que esperar mucho por que Saber realmente cocino rápido, así que no avanzo mucho en su lectura, pero era algo que por el momento no le importaba.

Dejo el libro y fue a sentarse en la silla que le correspondía, moría de hambre. Su corazón se lleno de felicidad y sus ojos brillaron al ver toda la comida exquisita que había preparado Saber. — Woow... gracias Saber... ¡a comer! — exclamó contenta. {...}

Movió una de las sillas, para cederle espacio y que así pudiese tomar asiento, movió a su vez la de al lado, donde él mismo sentaría seguidamente. Inesperadamente, destellos de imágenes y voces atravesaron en su mente, efímeros pero reveladores, con recuerdos que surgían de las sombras en su mente.

—“Solo quiero que con tu luz, aplastes la oscuridad”
—“Oye Saber… Si existe una segunda Guerra del Grial, no puedes perder contra nadie”

Podía reconocer esa voz suave y en un tono cálido, era de Manaka. El rostro se le ensombreció por unos instantes.

Ya, puesto en su lugar, tomó un cuchillo y comenzó: Cortó hortalizas, con un distinguido y refinado método de corte, preparó huevos escalfados a buena cocción; algunos fritos también, tartaletas de tomate con queso, acompañado todo con champiñones y salchichas fritas. Conocía de antemano, que Ayaka aborrecía la carne, tanto como la sangre, por ello evitó preparar recetas que pudiesen incomodarle, quería complacer sus metódicos gustos con la mayor brillantez posible; pues era un Servant a sus servicios. Finalizó con algunos Scones ingleses con crema y mermelada como postre.

— He terminado ¿Lista para comer? —dirigióle una afectuosa mirada y le preguntó, había terminado más pronto de lo común. Llevó los alimentos hacia la mesa, los posicionó de forma muy sistemática y cuidadosa, para que las manos femeniles pudiesen alcanzar los bocadillos que deseara tomar. [...]

Al haber escuchado el elogio de su Master, sobre sus versadas habilidades culinarias, Saber amablemente asintió, sonriéndole con gesto afectuoso y entrañable que le decía “Haré lo que me digas”, que irradiaba su rostro lozano como el sol de ocaso que se horadó por la ventana de la mansión donde se hallaba.— Bien. —desde que fue invocado en la Segunda Guerra del Grial, sentía como si hubiese despertado solo a medias, todo lo que le venía a la memoria era nebuloso e impreciso; había algo en sus recuerdos que le pesaba en su corazón de dragón, empero, no lograba concebir de que se trataba. Aun con tal incertidumbre a cuestas, era un gran rey, y por lo tanto siempre se mantendría leal a todas sus promesas. ❛Te protegeré. Protegeré tu mundo, Sajō Ayaka.❜

El caballero dirigióse hacia la cocina, y mientras lo hacía, sus atuendos cambiaron una vez más en un breve destello místico, cuestión de un fugaz parpadeo: Sobre su rojo suéter; vistió un mandil.[...]

Escucho con atención cada una de las preguntas y afirmaciones de Saber, y tenía razón. Ella desde el principio no había querido meterse en todo ese problema, era molesto, además no tenía el nivel de los demás magus que estaban en la competencia por ese tonto grial, pero se consolaba con el pensamiento de que ella iba a luchar por algo más que esa copa vacía.

Abrió los ojos como platos, ella no sabía casi nada de la guerra. — ¿Qué? ¿Cómo que es una copia? — le preguntó y sin querer alzo levemente la voz, eso la había desconcertado un poco, luego de unos segundos se relajo y en respuesta a la sonrisa de Saber ella le sonrió de igual forma.

— Sí, por favor. La comida que tú me preparas me hace muy feliz, ah, entonces yo pondré la mesa. — canturreo contenta, ella no cocinaba mal, pero los platillos de Saber estaban a otro nivel, había ocasiones en las que Ayaka se preguntaba si Saber era malo para alguna cosa.

manifestaron en un breve soliloquio. Lo sentimientos ocultos en su mente y corazón, podrían haber sido percibidos por un segundo.— Es un ritual abominable, un caso perdido. Puedo asegurar. —exhibió sus verdes ojos, en un gesto clemente y un tanto fraternal. No deseaba que una niña; con tanta bondadosa y buenos deseos, tuviese vivir lo que él ya vivió y contrario a otros héroes previamente invocados, aún recordaba a detalle, pues él; a diferencia de los demás, no es un espíritu heroico en todos los cabales.— Ese Grial en esta época, no es más que una imitación irreverente del verdadero. —dijo aquéllo serio, casi adusto. Más esbozó una sonrisa muy suave para ella.— ¿Deseas discutirlo en la cena? Podría prepararla, si gustas. Para luchar plenamente, necesitamos comer bien, será nuestro combustible. —

— No logro entenderlo. —el caballero le sembró una mirada curiosa, cruzado de brazos y luciendo cándido en ligeros visos de su expresión.— Eres inofensiva, puedo ver que no es tu voluntad dañar a los oponentes. —agregó y llevó sus manos hacia atrás, enrollando los dedos de su zurda sobre la muñeca diestra; sosteniéndole. Caminó, con un aire noble hasta aquélla ventana previamente señalada. Observando a las afueras, mirando la lontananza a la luz del sol que le iluminó el rostro.— ¿Por qué tomar la decisión de participar en este... engaño al que definen como "milagro"? —le dirigió una mirada cortés y afectuosa a su Master, después de haber repasado meticulosamente los aledaños, su instinto le afianzó la tranquilidad.— Ya una vez atrás participé en la ❛Guerra del Santo Grial.❜ Jm. —cerró sus párpados, viéndosele reflexivo; como si hubiese sido abstraído por largos recuerdos amargos que se le [...]

— Eso, Ayaka se oye mejor. — le dijo con una sonrisa de satisfacción en su rostro, luego escucho atentamente las palabras de Saber. "Coraje", era una de las cosas que se necesitaba para ganar y debía encontrar pronto el suyo si quería hacerlo, después de todo no quería morir y si ganaba podría pedir un deseo. — Si, bueno... ya no es una opción tenerla, debo de hacerlo. — al decir aquello un destello de determinación cruzo por sus ojos, sabía lo que debía de hacer. Se alejo unos pasos y señalo hacía la ventana, ya casi era hora de la cena.

—Hm, está bien... Ayaka. —no estaba acostumbrado a dejar de lado los ademanes tan arraigados en su porte, por ello aún hacía uso de aquéllos tratos tradicionales del señorío inglés, como el ❛Milady❜; entre otros. Una vez la animosa respuesta llegó a sus oídos, primeramente una expresión extrañada y candorosa le apoderó de sus armoniosas facciones, antes de esbozar una sonrisa agradable y enternecida. Una de sus mejores cualidades era la intuición, le habían bastado pocas interacciones entre ellos para comprender el melancólico sentimiento de soledad que le astillaba el corazón, y por ello, ser quien lo alivie le regocijaba el suyo propio.— Para un combate, se necesita coraje. —le mencionó—, Una vez lo poseas, se emite mediante la mirada. —agregó, antes de culminar sus palabras—. Empiezo a conocer el tuyo, ahora en verdad tienes una buena disposición. —