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AEternusNightingale1560655 · 61-69, M
Tu lengua siempre es más rápida que tu cabeza, Vashet. Porque no valora mantenerse en su lugar. -Hizo caso omiso a sus burlas, a sus tretas. El Señor de la Guerra levantó su mirada, el ceño siempre fruncido en gestos duros perpetuamente sellados. Los ojos rojos y ardientes en una furia irremediablemente letal.- No he llegado a donde estoy por usar la espada, he sabido cuando desvainarla. No intentes acercar tu ejecución antes de tiempo. -Se levantó, haciendo crujir la roca de su asiento al emular el peso que poseía aquel guerrero. Su altura titánica, incluso para aquellos llamados hombres de guerra, era intimidante. Extendió su poderosa diestra- ¿Dices que tu Rey no ha atendido tus demandas? ¿Dices que como esposo no he cumplido con los caprichos de una ansiosa reina? ¿No he bañado tu cuerpo en sangre de aquellos que me desafían? ¿No he drenado el dolor de aquellos que no se doblegan ante mi por tu placer? -Descendio por los escaleras por calma, dejando que cada pisada capte su gruesa
User1560457 · 31-35, F
[code]Poco a poco, la escasa servidumbre que se había quedado en la cámara empezó a retroceder. No era raro ver a Vashet molesta... Era raro verla molesta con su señor esposo. Y todos en el castillo sabían lo peligrosa que podía ser aquella riña; dos seres como aquellos jamás deberían de estar en contra, por el bien de los habitantes de al menos, una veintena de kilómetros. Estaba acostumbrada a aquel desdén del Conquistador, más la falta de su hombría en las noches no habían sido ignorada por la reina. — No sabía que era capaz de realizar tal actividad, "mi Rey" — Su réplica cargada de veneno. — ¿Quién ha sido capaz de enseñarle a usar la cabeza, en lugar de su espada? — Ya estaba frente a él, el ceño fruncido y los rasgos del rostro endurecidos, demasiado airada como para pensar en el peligro en que se estaba metiendo. [/code]
AEternusNightingale1560655 · 61-69, M
No tengo tiempo para tus miramientos, Oráculo. -Su voz resonó como un grito de guerra apagado. El Ave levantó su mirada, ojos rojos como el fulgor del infierno. Ojos que la servidumbre misma tiembla y respeta, ojos que ante sus enemigos se contemplan como lo último que se ve antes de morir. Sentado en su trono, ganado por nada más que sangre derramada. Le contempla a ella, y le contempla con desdén. No le respeta, no le endiosa, no le nombra como el cree merecer. El Conquistador gruñe en respuesta, y aclama en réplica- ¿Por qué osas interrumpir mis pensamientos?
User1560457 · 31-35, F
[code]El eco del andar de la reina resonaba por el pasillo que conducía a la cámara del trono. Demasiado acostumbrada ya a que los sirvientes salieran corriendo o se tiraran al suelo apenas la escucharan acercarse. Su crueldad casi tan legendaria como la de su propio esposo le había ganado ya el temor de sus criados. Entró a la sala con la misma furia que un huracán, el rostro altivo y la mirada fija en el conquistador. — Más de un ciclo lunar fuera, ¿Y te atreves a dejarme en el lecho esperando? —Subió las escaleras hacía el trono, ignorando a los pocos presentes. Vashet no se arrodillaría ante la presencia de nadie, más aún cuando su rabia le recorría el cuerpo. [/code]
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