[code]—¿Ah, no?— Tras haberse lanzado escaleras abajo en pos de su esposa, le dio un par de segundos de ventaja para darle una falsa sensación de seguridad. Pero en realidad ya tenía una idea en mente: tras fingir examinar la situación, de súbito brincó por encima del mueble, intentando atrapar a su esposa.[/code]

Lo escuchó seguir sus pasos muy de cerca por lo que decidió bajar las escaleras de la mansión y dirigirse a la sala para rodear el sillón más grande buscando resguardo. —¡Nunca vas a atraparme, guapo!

[code]En parte por la sorpresa, en parte por permitir el jugueteo, Jules dejó escapar a su esposa, incluso dándole unos segundos de ventaja; tras los cuales, riendo cual colegial, se lanzó en pos suyo, decidido a atraparla y cobrar su premio cuanto antes. ¡Cuánto había cambiado desde que su amada Ariadnae había vuelto a su vida![/code]

—Lo que diga, MiLord. —Avanzó sin que él tuviera que guiarla del todo y a unos pasos lejos de él se dio la vuelta para guiñarle un ojo y decirle en un tono dulce y cantarino: —Pero primero tendrás que atraparme. —Tras lo dicho emprendió carrera fuera de la habitación.

[code]Asintió; con el brillo en sus ojos, no sería difícil imaginar lo que pensaba en ese momento. —"Más seguido", diría yo... Creo que deberíamos aprovecharlo en este momento. —Tras esbozar una sonrisa, rodeó la cintura de su esposa con galantería; dispuesto a llevar a cabo su propuesta.[/code]

—Lo compraste para mí, debo usarlo de vez en cuando. ¿No? — Una sonrisa triunfante se manifestó en su rostro al verlo sonrojado.

[code]—Pensé que no te gustaban las orejitas... —El sonrojo de su faz dejaba claro cuánto disfrutaba verla así.[/code]