Ciertamente dolían las acciones del pelinegro, pero el lycan estaba acostumbrado y listo para soportar la peor de las torturas. No era tan fuerte como un vampiro alfa, pero como delta tampoco era un pobre desgraciado.

El gran problema es que le tenia sostenido de la nuca, asi que iba a ser dificil defenderse. Dificil pero no imposible, recuperandose levemente del golpe y mareo de aquel encuentro antes de llegar a empujarse con ambas piernas, rompiendo la columna y empujandl los cuerpos de ambos hacia atras, al menos no teniendo un lugar contra el que estamparse en ese instante.

- No pienso huir, recibiré mi castigo para mantener el orgullo de mi familia.

Responde el lobo sin miramientos, aunque su rostro ya denotaba maltrato de los encontronazos de este contra la columna que habia destruido anteriormente.

- Si muero aquí... lo haré luchando.

—Allez, huye.

Sugirió, sin un ápice de compasión en su voz, ni en su expresión, ni en su aura completa, pues del lobo no hacer nada para defenderse, seguiría golpeando su rostro una y otra y otra vez hasta aplastar su cabeza como una uva contra el mismo mármol.

Lo único que alcanzó a hacer apenas le escuchó hablar de esa manera fue fruncir el entrecejo; algo muy impropio de él, muestra de un verdadero desagrado a lo que escuchaba. Cuando le tuvo cerca, tomó su nuca y sin esfuerzo lo alzó de ella, todavía asegurándose de verle el rostro.

—No es una sorpresa que hables tan ligeramente de amor después de todo lo que has causado, Leó. Es simplemente decepcionante. Me decepciono de mí mismo. C'est dommage.

A pesar de la distancia a la que estaban de todo lo demás, sólo un parpadeo pasaría antes de que el licántropo viese a centímetros el mármol que daba base a una gran columna con el escudo de la familia que Armand tenía en su jardín; pues sosteniendo su nuca con la firmeza del hierro, lo hizo estampar el rostro de lleno contra el material, con una fuerza que un humano no podría soñar con soportar, pero un licántropo podría por varios golpes más.

-Morir a manos de mi amado... ah... supongo que no es forma tan mala de irse.

Responde el lobo en lo que se va acercando lentamente a aquella mano que estaba apuntandole, estando vestido con sus mejores ropas en ese instante como si fuera a hacer una entrevista de trabajo

- Aquí es donde acaba todo ma vie?

Comentaria el Lycan con una amplia sonrisa en la que no habia nada de arrepentimiento, pero si algo de nostalgia.