—¿En serio, Takame? No puedo oírte pero si puedo leer tus labios.— Estaba entre el llanto y la risa por ver la comunicación de su hermano.
Soltó sus manos solo para que siguiera hablando "normal". Tras suspiros y resoplidos de risas silenciosas y enojo claro, decidió contarle sobre su pequeña desaparición forzada.
—Takame, existe algo mágico y necesario llamado "Empleo". Se realiza con regularidad a cambio de dinero y bueno, yo trabajo en un lugar aun más mágico donde los turnos pueden durar días, se llama Hospital.
Sacudió sus cabellos un poco, como si de un infante se tratara y aun que no pudiera verle, sonrío con ternura por esa preocupación qué le mostraba.
—Tranquilo, no dejaré que desconozcas a las personas que sean cercanas a mi.
Cómo ella le tomaba las manos, no pudo seguir hablando en señas. Así que se comunicaba a través de parpadeos para continuar hablándole.
—"¿No me estás mintiendo? Hace días que no sabemos dónde andas y me lo dijeron".
Se notaba molesto, más por la idea de que podía perder a uno de sus hermanos. Y aunque ella decía la verdad, que habían personas no tan correctas rodeando su círculo social no quitaba la preocupación del menor.
—"Sí él es de verdad, quiero que se presente. ¡No aceptaré un noviazgo así!"
Aun que no pudiera verla, su expresión se mostró con clara sorpresa por aquello que menciona. —Creo que tienen que presentarmelo también.— Tomó las manos del menor, dejando el pequeño deliz sarcástico y humorístico qué tuvo para buscar tranquilizarlo. —No tengo novio aun, y si lo tuviera se los diría... Pero no prometo que sea alguien correcto, conocemos muchas personas "especiales" para asegurar eso.
