Sonrío ladina y viró la mirada a un costado. Cierto era que como enfermera solía recibir todo tipo de detalles en agradecimiento, así que no le parecía realmente raro que esas flores ni si quiera tuvieran remitente.

—Bien...— retorno la mirada. —Diremos que son tuyas y que me invitas a cenar. (?)

"¿Por qué las mandaría? ¿No sería más práctico que te las diese aquí mismo?"

-Le entendió en esa suerte de mezclas de lenguas, y en instantes le respondió. Intentó no ponerse nervioso, hasta intentó evadir dicha responsabilidad tras acomodarse la corbata.-

—¿Entonces fuiste tu?— Uso las palabras a la par de algunas señas, aun le costaba acostumbrarse a usar solo uno. —Tu las mandaste.

"¿Una cita?"

-Preguntó en su lenguaje concurrido, vestido de traje.- (?)