—Anya está triste... — Hizo saber su sentir. Estaba triste porque sus padres le dieron un correctivo luego de pasar cerca de sus respectivas habitaciones. Ella conocía el motivo por el que no le permitían ingresar pero sólo iba a mostrarle a Penguinman como parte del recorrido que dieron por la casa.

—No, no, Anya-san. Debe haber alguna especie de malentendido, estoy seguro de que tus padres te adoran. —preocupado tomó a la pequeña entre sus brazos, cargándola con cuidado en un abrazo protector. —No llore, princesa, su caballero está aquí para cuidarla.

—¡No! Ellos no quieren a Anya... — Lloró más y se abrazó a la pierna de Tae-kun buscando consuelo.

—¡Yo! —levanta su manito.(?)

—Ah, pero princesa Anya, ¿no crees que si haces eso tus padres podrían preocuparse mucho por ti. —acaricia con suma delicadeza la cabecita de la pequeña, intentando consolarla.