Levantó sus cejas al notar lo animada que estaba la menor, este no quería aguarle el momento a lo que solo dio un sorbo más a su café. Luego relajó su postura y solo señaló una luz roja que venía del televisor.
Terminaba la música de intro, estaba por comenzar el capitulo... entonces el mayor hizo una comparación mental entre el anime y la realidad muy acertada aunque triste también. Eran pensamientos si y la pequeña Anya podía distinguir los distintos sentimientos con que eran creados. No dijo nada, tampoco se movió, únicamente colocó su pequeña mano sobre la pantorrilla de su padre. Dicho gesto duró escasos segundos porque Bondman estaba acabando con los malos y ella debía apoyarlo como si estuviera ahí. —¡Eso! Acaba con los malos, pium, pium.
—Hm— Se mantiene quieto incluso solo cruza una pierna por sobre la otra llevando la taza hasta sus labios y así disfrutar del chocolate, al ver que iniciaba el anime de la menor este negó con la cabeza. (Si supieran los creadores de ese anime que ser espía es más que salvar el mundo... Es un mundo cruel y triste...)
Levantaría una ceja al mismo tiempo en el que veía una escena donde el personaje principal pelea contra otro espía y solo deja salir un suspiro.
El espía fue por su taza a la cocina y cuando volvió lo hizo dispuesto a ver junto con Anya y Bond el capítulo de su serie favorita. Estaban sólo ellos 3 en el apartamento porque de nueva cuenta su madre llegaba tarde. Eran 3 días y contando en los que la matriarca no estaba ahí, su padre sospechaba pero se reservaba las preguntas y ella sólo se dedicaba a leer sus pensamientos. —¡Vamos Bond! Va a comenzar el capítulo. Gritó entusiasta la pequeña telépata a su compañero y este acudió al llamado. Se tiró a los pies del sofá, Anya encima suyo cuidando la taza y su padre tomó asiento en el mueble.
