[code]— Eso me hace preguntarme que clase de servicios le ofreces a tu clientela para tener que pagar ese precio ¿Acaso no te gusta el sabor? — Ese gesto tan infantil le hizo sonreír, vaya que en el fondo si actitud resultaba con una joven en plena pubertad, así que no pudo evocar recordar cuando paso por lo mismo. — Veo que tú palabras prefiere lo dulce o en su defecto, con tonalidades rosaceas o carmesí, no tendré malteada de sangre pero una de fresa si podré ofrecerte.—[/code]
[code] —Su contrato se cumplió y tuvo que morir. Lo usual, me debía su alma. ¿Hierbabuena? —sacó su lengua en una mueca de asco. En su forma normal el sabor fuerte de esas bebidas le encantaba, pero su paladar se había tornado más infantil tras el cambio de cuerpo— Prefiero las malteadas de fresa. Yum. O las de sangre. [/code]
[code]— ¿Acaso sufrió alguna clase de aparatoso y misterioso accidente? Puedo imaginarme la escena, aunque tengo la impresión de que el agua no tendría buen aroma con un te de hierbabuena.—[/code]
[code] —¡Oh! Nunca he estado en una. Aunque una vez tuve un cliente millonario con piscina que se ahogó en ella. No me quedaron ganas de entrar después de verle flotando como bolsa de té. Fufufu ~. [/code]
— Claro, es una opción, pero me parece más adecuado un sitio sin tanta gente, las mutitudes suelen ser algo fastidiosas en ocasiones, así que una piscina privada siempre es una mejor opción.
— Eso ha sido inesperado, pensaba que no habia calor mas intenso que el de las llamas del infierno, aunque por otro lado, al menos aquí no hay nada que un buen chapuzón no sea capaz de arreglar.
