[code] —Acaba de matar a mi juguete... —murmuró hacia Soujiro, desviando su vista hacia el cuerpo inerte y lleno de plumas. Alouqua no se movió ni un centímetro cuando la contraria atacó porque era muy difícil que las plumas de un híbrido la dañaran de alguna manera, pero no calculó el hecho de que su objetivo era el objeto de diversión de la fémina. Y si algo en Alouqua se debía temer, eso era el hecho de que no tomaba bien el que le quitaran el último aliento de una presa.

—¡Acabas de matar a mi juguete! —le gritó amenazante con el ceño fruncido y los colmillos visibles— Baja de ahí, maldito híbrido cobarde, tu sangre sabe a mierda pero podría hacerme un bonito sombrero con esas alas.[/code]