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As1526751 · M
[code]— Muy bien. Te libero de este castigo, Lou. —con gracia, y cierto encanto, se inclinó lo suficiente para dar un beso sobre los labios. Uno cálido que exponía esas dudas que tenía, pero que también expresaban la llama que se encendía con cada acercamiento entre ambos. Inevitablemente; donde un fuego existió, cenizas yacían. Terminó por levantarse de la cama, colocándose de pie frente a ella y con la mirada baja para observarla desde esa posición que siempre mantenía, desde lo alto.[/code]
As1526751 · M
[code]Conocía esa mirada, conocía ese ambiente y todo lo envolvía de forma tan hogareña que se sintió acogido, protegido por el dulzor de sus recuerdos; memorias que se arremolinaban en su mente. Pocas veces eran donde se sentía de esa forma y todas ellas eran con aquel demonio que sucumbía ante él.— Parece que estás disfrutando más de la cuenta. —comentó con claro sarcasmo, soltando una breve risotada que quebró ese silencio entre ambos. Por segundos, asfixió con más fuerza, con ímpetu de querer arrebatar esa luz que destellaba con tanto cariño y deseo; con ese sentimiento que también reconocía. Poco a poco fue liberando su agarre, pues comprendió en ese instante que su "mascota" permanecía fiel a él. Había pasado la breve prueba, pero la confianza seguía dudosa.[/code]
A1579442 · F
levemente, ni a punto de la inconsciencia podía dejar de ser lujuriosa.
A1579442 · F
Poco a poco empezó a dejar de respirar, su rostro se encendió con un rojo más intenso y sus ojos cristalinos se entrecerraron. Lou miraba a Aleksandr con todo el amor que podía reflejar un ser oscuro como ella, pero también lo miraba con cierta nostalgia. "¿Recuerdas esto?" le hubiera preguntado de ser posible, "¿recuerdas cuántas veces hicimos esto y la confianza que reflejaba?". Aún no se consideraba una ganadora del tira y afloja que se traían desde su llegada, aubque sí podía sentir que ganaba una pequeña victoria cada vez que su cuerpo por inercia intentaba dsr una bocanada de aire. Su entrepierna se vio pronto humedecida, aunque fue un sutil dulzor en el aire el que avisó de ello; no había un afrodisíaco mayor que tener a alguien como él haciendo de ella lo que quisiera y, además, saber que lo hacía con genuina intención, pues él nubca haría nada que no quisiera hacer en realidad. —A... W... ff... —sus orejas, afelpadas y puestas en su cabeza merced a un hechizo, se movieron
As1526751 · M
[code]De aquí en adelante, las palabras sobrarían por parte del azabache. Las acciones serían como esos cálidos murmullos que acobijarían y guiarían a la pobre alma sometida a un intoxicante edén, pues la vida del demonio estaba siendo reclamada por él. A ella le pertenecía el alma de él, entonces él tomaría la vida de ella. O, más bien, sometería hasta que la misma se sintiera posesión del cazador.

Los dedos masculinos comenzaron a presionarse con más fuerza, con más necesidad de arrebatar el oxígeno que se había perfumado con la fragancia del azabache, pues aquella habitación era suya. Minuciosas caricias fueron ofrecidas sobre el vientre, dejando que el tacto danzara con más firmeza sobre la tersa piel hasta el punto en que todo el conjunto se volvía contradictorio. Un espejo de atención que reflejaba el odio y cariño que habitaba dentro del hombre; su dual ser.[/code]
A1579442 · F
Necesidad. Sí, era esa la palabra que le daba nombre a la sensación en su pecho. Haber descubierto que aquel ser al que había logrado querer no la necesitaba más debido a sus nuevas compañeras le ocasionó un dolor poco conocido para ella. Quería que él la necesitara como ella a él; como había sido en el pasado. Pero nada podía ser sencillo cuando se trataba de Aleksandr. —Mgh... —los dedos del hombre se volvieron un segundo collar, uno que le quedaba mejor si era posible agregar. Alouqua se removió suavemente pero no dejó de sonreír ni de jadear con la lengua de fuera. Realmente parecía confiar en el juicio de du amo como una mascota inocente que desconoce la maldad de las demás criaturas; sin embargo, en su interior era más el preludio del placer sobre su propio masoquismo el que la incentivaba a estar tan tranquila.
As1526751 · M
[code]Pocas veces llegaba a sentirse tan bien, pero quizá se había metido esa nostalgia que vivía entre ambos. Esa mirada ya la había visto, tiempo atrás, antes de que todo fuera tan caótico. Mentalmente, se cuestionó el camino que había elegido; esas decisiones que se enmarañaron de forma tan retorcida que terminó consumiéndolo.— Pero que perra tan necesitada eres. —murmuró, suave y con lentitud; acariciando esa penúltima palabra con una voz profunda. Ignoró los pensamientos y se centró en continuar con su diversión, por ello movió la diestra hasta el cuello femenino. Prometió algo y, como buen "amo", debía cumplirlo. Los alargados falanges tomaron todo el grosor del cuello, presionando con una fuerza minúscula. Estaba dándole un incentivo.[/code]
A1579442 · F
Alouqua se deleitó con la caricia. Había pasado días sin poder gozar del único tacto que podía enloquecerla: el de Aleksandr. Sus costados cosquillearon al sentirlo, pero fue su pelvis la que acusó una sensación más intensa en cuanto él la tocó; fue casi como si presionara un botón, ambas piernas se abrieron levemente y su mirada se enfocó en él. Parecía verlo con un amor lujurioso nacido en el mismo infierno. Lleno de pecados y de ganas de pecar aún más. Sin embargo, fue su misma mejilla la que se restregó contra el colchón como si volviera a pedir palmadas en la cabeza. Si bien el instinto animal le decía que su cuerpo necesitaba del ajeno, su corazón - ¿desde cuándo tenía corazón? - rogaba por amor, uno que había perdido por parte de él. — Woof.
As1526751 · M
[code]El rostro del hombre se iluminó con una media sonrisa, misma que iba teñida del disfrute que sentía. Quién conocía al cazador, sabía que todo aquello era un manjar para él; todo resultante de sus instintos sádicos, de los cuales se regía y complacía de sobremanera. Sin titubeos, tomó asiento a un costado de la supuesta perra. La zurda se acomodó sobre el firme torso femenino, iniciando con un frágil recorrido que hacía sentir débilmente su tacto. El camino era completamente aleatorio, buscando encontrar zonas sensibles que usaría más adelante.[/code]
A1579442 · F
Dio un par de saltitos aún a cuatro patas y lo siguió con un entusiasmo tal que no tardó en adelantarlo para subirse a la cama de un brinco. Una vez ahí jadeó con rapidez y se dejó caer sobre el colchón, dando una vuelta sobre su costado y poniendose "patas arriba" como si le mostrara el estómago para recibir caricias. Una parte suya era consciente de lo que hacía y se avergonzaba en demasía; sin embargo, su parte dominante no tenía problema alguno en denigrarse y dejarse llevar por la intoxicación de ambrosía. —Awooo —aulló a media voz y agitó la cola, llamándolo.

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