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Las mejores amigas.
 
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A1575433 · F
El cazador jugando a ser la presa, qué lindo. —No dudó en sonreír de vuelta, con ese color turquesa entre sus ojos, tan encendido como el de su compañera nocturna. Era como si estuviese lista para la caza, o algo más.

Estoy segura que será un festin, querida diva. —Enarcó una ceja al verse partícipe de lo que podría suceder más allá de pensamientos vagos y fantasías que cruzaban por su cabeza en momentos como este.
User1575425 · 22-25, F
La pregunta era buena, fijó sus ojos en los ajenos. El ámbar de su mirada brilló una vez más, casi como dos depredadores observándose parecía.

— Ciertamente luce como que ambas cenarán y también... Serán la cena. — eso último fue casi un susurro. Uno muy leve que solo era para que Ahri lo disfrutara.
A1575433 · F
La pregunta es... —alzó su rostro, lo apartó por un instante, dubitativa ella hasta el punto de hacer una breve pausa. Pero continuó apenas se escuchó un pequeño suspiro de sus labios al bajar y retomar de nueva cuenta la posición de su rostro. —¿La cena la recibirá la reina, o será su fiel compañera? —La pregunta era interesante como intrigante, más sólo esperó por la respuesta de Evelynn con esa sonrisa galante, tanto que llegaba a mostrar apenas la punta de sus pequeños colmillos en un acto casi descuidado, y sus orejas bajaban ligeramente.
User1575425 · 22-25, F
¿Cómo podría alejarse? Ahora que tenía toda su atención no dudó en morder con solo los labios la punta de la nariz ajena, era un pequeño cariño. Mientras sus dedos seguían haciendo un leve zigzag sobre la espalda ajena.

— Digamos que... — la cercanía era tanta que le gustaba poder sentir su respiración y aliento. — La reina empezará a necesitar que la diva la visite más seguido en sus aposentos. — usó una palabra que había visto en una serie medieval. — para que le dé una cena de calidad. — sonrió.
A1575433 · F
Ah, I got you there. —Arrugó ligeramente la nariz al percatarse de la respuesta, y con esa sonrisilla que adorna sus labios, era imposible resistirse a los encantos de Evelynn. ¿Quién podría? La cercanía de sus rostros persiste, tanto que el calor de sus cuerpos era tan perceptible como el ligero rubor que amenaza las mejillas de la rubia, y sus orejas que se mueven un poco ante la reacción.

Dímelas, soy toda oídos. —Miró con total atención, en espera de su respuesta y con las manos jugando con los mechones de la melena contraria.
User1575425 · 22-25, F
Ni siquiera se sintió ofendida con eso. Sabía que no lo decía de manera grosera, era solo un pequeño juego entre ambas. Muchos hablaban de quién era más exigente o pedía más protagonismo, mientras ellas se debatían esos detalles pequeño en sus coqueteos y juegos como ese.

— La realeza es la realeza. — la lamida le sobresaltó levemente. A cambio arqueó una ceja y le sonrió. — Hay cosas que vas empezar a necesitar más seguido, Reina. — usó índice y medio de la diestra para deslizarlos por la espalda ajena.
A1575433 · F
Y es así como la diva se inclina ante los encantos de la reina. —Un susurro que evidencia la victoria aplastante de la rubia sobre su compañera; más no iba a alardear de mal gusto, sino a disfrutarla con su presencia, y claro, con sus labios de ser posible. Una última acción culminó ese beso, pues su lengua se asomó de improvisto para deslizarse por los labios de la diva con sutileza, como si con ello fuese a quedarse con su sabor un largo rato más.
User1575425 · 22-25, F
El juego con sus labios había ido de menos a más, a mucho más. Si bien Ahri ahora la tenía afianzada con las piernas, Evelynn cruzó las manos tras la espalda de la rubia, justo arriba de su cola. Entre abrió los ojos mientras iba separando lentamente sus labios de los ajenos. Era una diva que bajaba la guardia frente a la reina. — ¿Así? — musitó en cercanía. Que su aliento siguiera en roce con el ajeno, muy cerca aún de sus labios.
A1575433 · F
La apertura de sus labios era lo suficiente amplia para recibir el labio inferior, apresarlo sólo como ella suele hacer, mantenerlo con una leve mordida y finalmente soltarlo con cuidado. Una sonrisa cómplice se forma entre besos y caricias, más no se limita sólo a ello; sus manos se posicionan mejor entre las mejillas de la mayor para afianzarlas con más confianza hasta recorrerlas a su cuello, rodeandolo y abrazandose poco a poco. En el calor del momento, también sus piernas imitaron lo mismo alrededor del torso femenino, por lo que separarse de ella era un acto imposible; tampoco buscaba hacerlo.
User1575425 · 22-25, F
¿Por qué se había limitado? Aunque en ese punto ya no importaba, ahora mismo había dejado que sus impulsos hablaran por si misma. Esa unión que la rubia había empezado de manera correcta fue que continuó ella. Levantó la mano derecha hasta poder tocar el rostro de la reina. Ladeó la cabeza al lado contrario para que aquello que empezó como apenas un roce pudiese profundizar. Sus labios atrapaban los ajenos, masajeándolos entre ellos, pasaba del inferior al superior, incluso dejando mordiditas apenas notorias. Sus párpados habían bajado desde que empezó el beso, toda su energía concentrada en el tacto y en el aroma que la rubia dejaba impregnado con esa sutilidad en su nariz.

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