- Una vez más estaba allí, dentro de ese palacio extraño donde había encontrado la esencia de su amado Cain. Un lugar sin duda bastante peculiar donde era fácil perderse de lo gigantesco de este, pero aún así sabía como llegar a su destino, hacia aquella mujer quien había denominado como "la reencarnación de su amado". Desde luego que conocía los peligros de la zona pero aún así no fue impedimento para el gran Azazel, quien a altas horas de la noche simplemente irrumpió los aposentos de la mujer tan solo por mero capricho, aunque [...]
**Sorprendida ante aquella situación, simplemente mira el espacio vacío que dejó el demonio al desaparecer y, en un inicio, permanece desconcertada a todo lo sucedido. Sin embargo, cuando recupera la lucidez, lo cual le toma sólo minutos, voltea hacia Maximillian, sumamente enfurecida, para exclamar.** ¡¿Qué crees que hacías partiendo a alguien dentro del castillo y sin un maldito juicio?! **Señala la puerta, con la mano, abierta, y seguramente con las herraduras abolladas cuanto mucho, para seguir con aquel reproche.** ¡Y encima destruyendo inmoviliario del castillo! ¿Acaso perdiste la cabeza? ¿Mi tío te pasó su locura e impulsividad con su puesto? Espero que tampoco te haya pasado su sadismo o tendrás severos problemas...
