- Después de ese acontecimiento donde obtuvo una victoria bastante favorable para su organización, se tomó su tiempo para recuperarse de aquellas heridas fringidas por ese muchacho a quien había asesinado, así como también estuvo varios días pensativo sobre lo ocurrido, sobre algo en especifico, una presencia que sintió por los alrededores, bastante familiar de lo habitual, un viejo "conocido" o al menos eso quería pensar. Entre sus incertidumbres se puso en marcha hacia el lugar donde alguna vez contribuyó para defender, esas tierras peligrosas, aunque claro [...]
(...) llegan a sus manos, de manera súbita y, desplegando un halo de aura repentino, dirige una de las hojas, al cuello del sujeto, amenazando el mismo, para exclamar con tono férreo e imperante.** ¡MUEVETE! O tu cabeza estará decorando los pórticos de la capital, junto a las de mis enemigos. **Sentencia, ya mirándolo directamente con un desprecio y desdén, como si se tratase de una rata.**
