—Creo que está demás vestir así, hermanas. Dejad de mirarme así— La vergüenza a más no poder, se podía ver en su enrojecido rostro liberado de la bandana, gracias a esos lentes que anulaban la maldición de sus ojos. Como podía la Gorgona intentaba taparse su trasero y entrepierna por tan diminuto taparrabos.