Silenció por completo, aquello le tomó por sorpresa, no porque técnicamente ella se le "aventó" encima, sí no por el hecho de quien era ella.
—...¿Se encuentra bien?— Fue lo único que se le ocurrió decir, después de todo ella parecía haberse tropezado, por lo tanto, posó ambas palmas grandes y cálidas sobre los hombros ajenos para brindarle estabilidad.