ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴛᴇʟʟ ᴊᴇsᴜs ᴛʜᴀᴛ ᴛʜᴇ ʙɪᴛᴄʜ ɪs ʙᴀᴄᴋ
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Rs1569371 · F
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Se dice que cada vez que el «Diablo» ó los hijos de este visitan a la humanidad una tragedia acontece, verdad, mentira, leyenda ó coincidencia “algo” ocurría con la presencia de ellos; la primera vez que Charlotte visitó a las preciadas criaturas de su abuelo no fue la excepción.
Corría el año de 1864 cuando los rumores de presencia sobrenatural atrajeron a Charlotte a un pequeño pueblo de Virginia «Mystic Falls». Brujas, licántropos, caminaban entre los humanos ocultos a plena vista, a diferencia de los hijos de la noche y por quienes Charlotte estaba aquí, en el infierno había escuchado miles de historias sobre ellos, incluso una dónde se decía que su madre «Lilith» era la madre de ellos, quería y necesitaba conocerlos… conocer a estas criaturas con quienes tenía algo en común, al igual que ella estaban condenados a vivir en las sombras y la oscuridad por la eternidad, y fue así como en la búsqueda de ellos conoció a «Katherine Pierce» “La huérfana” acogida por la familia Salvatore.
Un par de noches bastaron para que Charlotte descubriera el “secreto” de Katherine y unas cuantas más para que entablaran una gran amistad, Mystic Falls podría ser un pueblecillo pintoresco y tranquilo, pero cuando ellas estaban juntas todo era diversión, Charlotte disfrutaba de las historias sobre los Salvatore, los Mikaelson, la humanidad y sus cambios… y así transcurrieron las noches, hasta que en una todo cambio…
Katherine no llegó al lugar de siempre. Lo siguiente que Charlotte supo fue que los pueblerinos dieron caza a todos los vampiros del pueblo, encerrándolos y quemándolos en la iglesia, toda una ironía que más que ironía parecía una burla de su abuelo. Ella sabía que podía vengar a Katherine, levantar el infierno en ese pueblo, ascender unos cuantos demonios bastaría para acabar con todo... no lo hizo, a veces esa herencia angelical tenía efecto en ella o quizás una parte de ella intuía lo que sucedería los próximos años.
Descendió al infierno, y algo en ella había cambiado, su visita a la humanidad tuvo efectos y la pérdida de Katherine aun más, nunca había conocido a nadie como ella, mucho conectado con nadie de esa manera, un hueco había ahora en eso que los humanos llaman corazón. Un consuelo tenía; sabía que esos pueblerinos no irían al cielo y ella esperaría con ansias la llegada de cada uno de ellos y para el primero no hubo que esperar tanto el viejo Salvatore ya estaba ahí. Interesante fue ver que murió a manos de su hijo y estaba condenado a revivirlo una y otra vez durante la eternidad mientras Charlotte observaba con placer dicha escena podría incluso pasar días observando y regocijándose con tal dolor.
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Se dice que cada vez que el «Diablo» ó los hijos de este visitan a la humanidad una tragedia acontece, verdad, mentira, leyenda ó coincidencia “algo” ocurría con la presencia de ellos; la primera vez que Charlotte visitó a las preciadas criaturas de su abuelo no fue la excepción.
Corría el año de 1864 cuando los rumores de presencia sobrenatural atrajeron a Charlotte a un pequeño pueblo de Virginia «Mystic Falls». Brujas, licántropos, caminaban entre los humanos ocultos a plena vista, a diferencia de los hijos de la noche y por quienes Charlotte estaba aquí, en el infierno había escuchado miles de historias sobre ellos, incluso una dónde se decía que su madre «Lilith» era la madre de ellos, quería y necesitaba conocerlos… conocer a estas criaturas con quienes tenía algo en común, al igual que ella estaban condenados a vivir en las sombras y la oscuridad por la eternidad, y fue así como en la búsqueda de ellos conoció a «Katherine Pierce» “La huérfana” acogida por la familia Salvatore.
Un par de noches bastaron para que Charlotte descubriera el “secreto” de Katherine y unas cuantas más para que entablaran una gran amistad, Mystic Falls podría ser un pueblecillo pintoresco y tranquilo, pero cuando ellas estaban juntas todo era diversión, Charlotte disfrutaba de las historias sobre los Salvatore, los Mikaelson, la humanidad y sus cambios… y así transcurrieron las noches, hasta que en una todo cambio…
Katherine no llegó al lugar de siempre. Lo siguiente que Charlotte supo fue que los pueblerinos dieron caza a todos los vampiros del pueblo, encerrándolos y quemándolos en la iglesia, toda una ironía que más que ironía parecía una burla de su abuelo. Ella sabía que podía vengar a Katherine, levantar el infierno en ese pueblo, ascender unos cuantos demonios bastaría para acabar con todo... no lo hizo, a veces esa herencia angelical tenía efecto en ella o quizás una parte de ella intuía lo que sucedería los próximos años.
Descendió al infierno, y algo en ella había cambiado, su visita a la humanidad tuvo efectos y la pérdida de Katherine aun más, nunca había conocido a nadie como ella, mucho conectado con nadie de esa manera, un hueco había ahora en eso que los humanos llaman corazón. Un consuelo tenía; sabía que esos pueblerinos no irían al cielo y ella esperaría con ansias la llegada de cada uno de ellos y para el primero no hubo que esperar tanto el viejo Salvatore ya estaba ahí. Interesante fue ver que murió a manos de su hijo y estaba condenado a revivirlo una y otra vez durante la eternidad mientras Charlotte observaba con placer dicha escena podría incluso pasar días observando y regocijándose con tal dolor.
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