Notando aquel recibimiento no le sorprende, al contrario quita aquella daga que se ha clavado en la pared y diciendo que en verdad es un objeto muy bueno para asesinar a alguien. Afirmando que tenga cuidado con dicho objeto ya que es peligroso y puede herirse a lo que comenta con calma.
— Señorita Yor, creo debe de dejar de ser tan huraña, arisca pues de lo contrario sabrán que tienes un lado.......asesino.
Dijo mientras toma aquel costal de boxeo, pensando en que clase de entrenamiento fue sometida, sin menospreciar el que es mujer si no por el hecho de que posee una fuerza superior a un hombre y derribar con facilidad.
— Tenemos un trabajo, un grupo de narcos, al menos unos 50 integrantes, por cierto prefiero me llame Sascha, señorita.