—¿Eh? Koo-... —Se vio silenciado por una cálida y suave sensación, su mente quedó en blanco en ese mismo instante. ¿Qué importancia tenía lo demás ahora? Ninguna.

Cerró los ojos, rodeando el cuello impropio con cierta fuerza mientras correspondía al beso con ternura, y a su vez con una pizca de impaciencia, después de todo le resultó imposible ocultar lo mucho que había anhelado tener aquellos labios sobre los propios nuevamente.