— Usarte de carnada sería contraproducente. Nadie consideraría normal a una mujer tan fea acercándose con coquetería. — Se encogió de hombros como si nada, mas una sonrisa burlona cruzó su rostro por fracción de segundos. Sabía que el insulto le ganaría varias quejas y regaños de parte de ambos. La parejita dorada siempre se defendían.— Propongo algo más sigiloso y violento. Que no lo vean venir. Llegar días antes a instalar lo que debamos. Bombas de activación.