Muchos pensarían que el desinterés a su alrededor se debía a la poca empatía o al ego tan alto de Cinnian, siendo lo anterior un error al no comprender la ruda actitud que le fue obligada a tomar; Un guardián forzado a abandonar sus tierras a causa de criaturas mortales e inmortales se reduce a nada. Sin valor ni deseos por cumplir, tuvo que inclinar la cabeza y dejarse ensuciar para retomar un título que le diera algo nuevo, como en éste caso el tener que compartir un labor.
No buscaba ser amigable, aunque no era tonta, debía mantener una amistad con los demás guardianes ya que los aliados son mejores que enemigos viviendo bajo el mismo techo, teniendo eso en mente, sonrió.

— Lo has dicho, es necesario mantener paz entre nosotros. Hagamos una junta y tratemos de mantener reglas.

Seguía los pasos de Kalea bastante cerca, ignorando el hecho del cálido clima que el lugar les ofrecía, siendo éste el menos favorito de Cinnian.