Al ser alguien bastante solitario no solía preocuparse por el bienestar de otra persona pero eso había ido cambiando poco a poco luego de convertirse en guarda espaldas de Zen y Shirayuki, se acerco un poco, luego de ver un poco mejor la situación y señalo al norte, más allá del frondoso bosque que los rodeaba.

—Si caminas unos quince minutos en esa dirección encontraras el pueblo más cercano, ahí hay una posada muy economica. —

Tenía un poco de curiosidad ya que no parecia mentir, ¿cómo es que había llegado hasta aquí y porque su aspecto era tan "llamativo"?

—Me queda de paso y si realmente no eres de aquí te conviene estar con alguien como yo. No duraras mucho tiempo en cuanto alguien vea eso.—

Señalo sus alas y acto seguido se quito la capa que llevaba encima, ofreciendosela al extraño para que cubriera sus alas.