En efecto, sus dispositivos detectaron una débil señal que les estaba interceptando. La morena curvilínea no necesitó girarse, sólo perfiló el rostro para mirar de soslayo hacia el mismo punto que la pelirroja.

Talia enarcó una de sus cejas, haciendo más énfasis en el filo de la misma al ver a la merodeadorea.

— Otra aficionada —despreocupada, colocó sus manos enguantadas sobre sus anchas caderas. Mencionó la Fortaleza, mas no las coordenadas, además su amado Batman amaba resolver acertijos y misterios, eventualmente los encontraría; el plan estaba diseñado para eso—. Jamás tendría un descendiente tan vulgar —dijo con desdén y su sonrisa se ensanchó un poco más—. Hay intrusos necesarios y esta debe llevar un mensaje, aprovechando —suspiró con pesar antes de girarse, dándole la espalda a la doctora, para mirar directo a la intrusa—: dile Damian que mami irá por él en estos días. Si su abuelo desea una reunión familiar, debe asistir, por las buenas o por las malas. Ahora esfúmate