-Rió disimulada al éste deshacerse del tinte rojo en sus labios y sólo después avanzó por un lado con la misma elegancia de sus alas, sin que los ojos virasen lejos del muchacho.-
Existe eso y más, como todo el tiempo libre para que te lamentes de tu miserable vida.
-A espaldas, sus manos se inmiscuyeron bajo los brazos ajenos, sus garras se fijaron a la camiseta casi hincándole en el torso y sólo entonces asomó con la cabeza por encima de uno de sus hombros, susurrándole tan cerca al cuello que el aire gélido al hablar se extendería por su piel.-
