Al ojo de un humano común su diestra parecía sostener un objeto invisible en el aire, se preguntaba sin embargo, con ese comentario si él lo era o no, su brazo jaló con fuerza lo que sostenía, para dejar un espectáculo brutal para quien pudiese ver los espíritus, arrancando la cola de un ser sombrío de apariencia reptiliana y serpentina que se había enredado al hombro del joven, lo que parecía ser sangre negra desbordaba como petróleo de aquella herida y antes de que el ser reaccionara lo jaló para abajo de la cabeza con la mano opuesta, formándose de sus manos momentáneamente afiladas garras que se incrustaron en el mismo antes de tirarlo al suelo y aplastarlo con la derecha, su rabia se veía apaciguada con cada nueva acción. Tras ello desvió su mirada tranquilamente a quien le dijo esas palabras.
— Realmente estoy empezando a buscar una manada...
Susurró matando de una patada a aquella criatura del Wyrm que se retuerce bajo su zapato.
