Al escuchar los gruñidos desconocidos, la loba blanca apareció de entre los árboles, gruñendo y mostrando de igual manera sus colmillos. Era una loba de 2.5 mts de altura, con ojos de distintos colores (hetrrocromia), pero una mirada bastante retante. Zuka era su hermana, era parte de su manada y como princesa de los Barrow y la ejecutora del reino, defendería con uñas y dientes a los suyos y más si otro lobo o loba buscaba intimidarlos.

Dio unos cuantos pasos más hasta situarse en medio de Zuka y Artemis, gruñendo aun y alzando la cabeza, imprimiendo su fuerza y su chocante aura que, pese a no ser una diosa, su alma era perteneciente de un ser mucho más grande y más allá del entendimiento de los dioses.

— Grrr... Nadie puede someter a mi hermanita y mucho menos buscar hacerla menos. Ella es mi manada y son nuestros territorios, aprenda a controlarse, invitada.