Por un momento su persona se llenó de confusión, no sabía que hacer, realmente no entendía nada y mucho menos entendía que era lo que ahora le sucedía a Zuka. Como pudo, la tomó entre sus brazos y la miró con desesperación y tristeza. De sus ojos brotaron lágrimas y detrás de su espalda la figura de un cuervo se fue materializando. Era un cuervo inmenso, de alrededor de 2 metros de altura. Extendió sus inmensas alas y aleteó con fuerza, para luego cubrir con estas mismas a Layla y Zuka.
— ¿Por qué querer dañar? ¿Por qué? ¡¿Por qué no dejar en paz a Zuka?!
Ante su grito, el ave se distorsionó y tomó la forma de un fénix negro el cual miró con furia a la nada. Aquella imagen era de la confusión de Layla, haciendo un caos en su cabeza, pues pensaba que en su "debilidad" habían dañado mortalmente a Zuka.
