Siento que cada vez que bebes mi sangre me conoces un poco más pero yo no estoy conforme con que solo tu obtengas algo de mi así que dejame a cambio besarte cada día y cada noche por siempre y sin fin.
Sus mejillas se sonrojaron al escucharle pero no se detuvo en ningún momento, a pesar de que estaban hablando mientras sus labios estaban rosándose. —Yo también te pertenezco...mi sangre y todo lo que desees de mi es tuyo.— Beso sus labios delicadamente, con la suficiente suavidad y tranquilidad mientras el rubio aprendía, algo que no le molestaba, al contrario sentía que los labios de Mika a pesar de no saber muchas cosas se acoplaban perfectamente a los suyos. Incluso sentía como sus manos se movían inconscientemente y acariciaban los rubios cabellos del joven que le robaba el aliento en un intento de tenerle más cerca, más de lo posible.
