—Se dejó arropar por su mayor mientras ella misma de acurrucaba entre la suavidad de su camita. Su mirada rosada estaba encima de la mujer, expectante, completamente atenta a la historia que su maravillosa tía le contaba.—
¡Ah! ¡Se llama como yo!
—Exclamó alegre ante el nombre de la protagonista, podía imaginarse cada palabra que de la boca de su tía salía. Incluso se emocionó al imaginar sirenas y algunos otros seres fantásticos que en su mente existian completamente. Y el final de la historia le hizo afirmar varias veces con la cabeza, completamente alegre—
¡Me voy a dormir ahora mismo!
—Obvio que era porque quería hacer galletas, aunque la historia de su tía sí le había hecho bostezar un par de veces, a su parecer la mayor era muy buena contando cuentos. Mientras cerraba los ojitos del cansancio alcanzó a murmurar.—
Buenas noches~