- El hombre dejó que le quitase la capucha, y eso la irritó un poco, reflejándose en su entrecejo milimétricamente arrugado. Tiró un poco más de la capucha con algo de fuerza generando un arrastre en su cuello que tenía el afán de desestabilizar al tipo de su postura, para luego soltar la tela. - Infantil o no me da lo mismo. Mientras tenga un intelecto digno como para seguir el hilo de la conversa y soporte mi carácter, es suficiente. Y que no se ponga en exceso sensible... y que sea un hombre de verdad, no uno de estos "princesos". Pensándolo bien requiero demasiado sólo con lo segundo.