- Su lengua empezó a saborear la piel descubierta de su compañero, hasta que decidido dejo una fuerte mordida en el pliegue donde se unen el cuello y el hombro, clavando sus colmillos en su tersa piel y dejando un pequeño rastro de sangre como si de hilos rojos se trataran. - me encantas bello diablillo... - una de sus manos fue escabullendose entre la ropa rozando con sus garras negras la suave piel de su espalda hasta adentrarse al lugar donde nacia la cola que yacia enroscada en su pierna. -