Tan solo suspiro ante lo que dijo su esposo, sin duda era difícil hacerle ver las cosas, pero no había más que pudiera hacer, miraba la cámara con algo de tristeza pensando en cuantas semanas tendría que trabajar para conseguir otra, los besos sobre sus mejillas lo sacaron de ese trance girando su cabeza para ver a su esposo.

— ¿Lo que deje pendiente? De que… —

Sostuvo su respiración al sentir el miembro duro de su esposo se frotaba contra su trasero, sonriente colocó sus manos sobre las de su esposo.

— Oh, es mi responsabilidad después de todo, ¿no es así? No hay problema perrito, me aseguraré de darte un trato digno de un lord. —

Ahora el chico era el que movía sus caderas de lado a lado frotándose contra la entrepierna ajena.