Sus vacías y distorsionadas cuencas observaron como le mostraban la cabeza decapitada. Aún la sangre escurría por el cuello, algo que no le atraía en lo más mínimo. Él devoraba a sus victimas completamente y aún manteniendo intacta la vida en ellos, pero era encantador como el horror se había congelado tras su muerte.
– Te invito a que tengas el valor y los pruebes. Eso sí tus pequeñas piernitas no tiemblan de miedo al sólo intentarlo.
Ya la conocía, sabía que estaba buscando molestarlo más. No serviría, es más, emplearía sus palabras para herirle su orgullo de sentirse valiente. [/code][/med]
