... *Todavía no podía creer donde estaba, ¿descansando en la habitación de Xiao? Que sorpresa, hace unos momentos estaba chocando los dientes de dolor y ahora estaba vendado y a punto de cenar. Trató de acomodarse mejor pero a cada que se movía la tela se volvía a teñir de rojo, ese maldito se habia pasado esa vez, éso dejaria una marca permanente que nunca se podría borrar de su cuerpo.*

(Ése maldito Meng Yao..) *Siquiera podia acomodarse bien, alcanzó el jarrón de vino y volcó un poco en su boca, estaba enfadado pero la presencia de ese joven lo ponia de buen humor* Debe ser tarde.. tengo que regresar o no podrás descansar y mañana hay otro adoctrinamiento.