── La calamidad carmesí hubiera detenido aquellos fantasmas sin problemas, aun así prefirió no intervenir quizás para su deleite de la curiosidad o simplemente saber qué podría suceder entre aquellos enter y el monje taoísta. En un rostro interesado, en los labios, se asomaría una sutil sonrisa que parecía asustar a unas aves, la cuales se disponían a huir buscando seguridad; hua cheng se mostraría cuando la espada se iba a su búsqueda, la misma que esquiva para no revelará su ubicación exacta.
Hua cheng, su apariencia seria de unos dieciséis o diecisiete años, teniendo un parecido infantil como diabólica, teniendo unos ojos brillantes como las estrellas. Llevaría ropa informal de color rojo arce de alta calidad y una cola de caballo torcida y despreocupada. De igual forma que diría. ──
- Buenas noches, c-creo que su espada me encontró..
